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IMPACTOS AMBIENTALES DE LA CONSTRUCCION DEL OCP

July 23, 2002 | Report

Durante el mes de Marzo del 2002, se estudió los impactos ambientales y sociales debidos a la construcción del OCP. Para este fin, se recorrió todo el trayecto del oleoducto de crudos pesados, desde Lago Agrio hasta Esmeraldas; se entrevistó a 149 dueños de fincas, a trabajadores y a 5 municipios; y se hicieron observaciones directas, tanto en terrenos privados como en públicos, atravesados por el OCP. Todo este material se encuentra registrado en fotografías, encuestas y grabaciones.

El estudio abarca sólo los sitios donde ya han empezado los trabajos de construcción del oleoducto, que suman un total aproximado de 120 kilómetros, repartidos entre:

– desde Esmeraldas, 40 km (diapositiva 2.)
– Nono,10km (diapositiva 3.)
– de Guamaní hasta Cuyuja , 30 km (diapositiva 4.)
– desde Lago Agrio, 40 km (diapositiva 5.)

En el marco de esta presentación, se quiere enseñar que la construcción del OCP atenta contra el medio ambiente y los derechos de la gente que vive a su lado, y que no cumple, ni con las normas estipuladas en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), ni con los estándares del Banco Mundial.

IMPACTOS AMBIENTALES COMPROBADOS DE LA CONSTRUCCION DEL OCP (Diapositiva 6)

1. Impactos sobre el suelo (diapositiva 7)

El trazado de la ruta del oleoducto atraviesa áreas de fuerte pendiente, en forma perpendicular o longitudinal. Las medidas tomadas por la compañía Techint para evitar los deslizamientos de tierra y la erosión de los suelos se limitan a:

– colocar costales llenos de tierra o arena que no sobrepasan los 40 centímetros de alto, a un lado de las zanjas de 20 centímetros de profundidad cavadas diagonalmente a la pista (diapositiva 8)
– colocar tablas de madera en los taludes (diapositiva 9)
En caso de fuertes lluvias, estas medidas no son suficientes para detener la tierra (diapositiva 10). En las encuestas, 21% de las fincas ya han sufrido derrumbes por la mala construcción del oleoducto, después de sólo 3 meses de trabajo (diapositiva 11). Tampoco sirven para evitar que los tubos resbalen durante la construcción, lo que es causa de accidentes (diapositiva 12).

En otras numerosas partes, el oleoducto ha sido instalado sobre las aristas de las lomas que recorre, requiriendo su corte sobre una altura de varios metros. Estos trabajos producen una gran cantidad de tierra que es arrojada hacia el valle subyacente. (diapositivas 13 y 14)

La construcción del OCP en áreas de fuerte pendiente, y en la cima de las aristas, genera una fuerte inestabilidad del terreno, lo cual no deja de preocupar sobre los riesgos de accidentes durante la construcción y la explotación, así como sobre la ocurrencia de futuros derrames. Esta misma inestabilidad del terreno fue al origen del accidente ocurrido en Esmeraldas el 14 de Abril, que dejó un saldo de un muerto y dos heridos (diapositiva 15). Esta inquietud es aún más pertinente en lugares proclives a deslizamientos de tierra, como la región cercana a El Guango, donde derrumbes cobraron la vida de 40 personas en junio del 2001(diapositiva 16).

Recorriendo las fincas atravesadas por el oleoducto, y hablando con sus dueños, uno no puede evitar preocuparse por el futuro incumplimiento de las promesas hechas por OCP Ltd. y sus subcontratistas. De hecho, la firma de los contratos de arrendamiento de los derechos de vía fue, muy a menudo, condicionada a la restauración posterior a la construcción del área intervenida. Para eso, se dijo a los dueños de fincas que la pista no iba a ser cavada profundamente, sino sólo limpiada de su vegetación y de la capa superior del suelo cuando sea necesario; que la capa de suelo fértil iba a ser guardada, para luego ser repuesta en su sitio: que la vegetación original volvería a crecer después de los trabajos; en fin, que los dueños de finca iban a poder reiniciar sus actividades productivas, y que el terreno les iba a ser devuelto en buenas condiciones. Sin embargo, lo que se pudo observar a todo lo largo de la ruta es totalmente diferente.

En las zonas de relieve ondulado, la excavación de la pista alcanza a veces 7 metros de alto. La capa de suelo fértil ha desaparecido por completo o ha sido arrojada hacia los lados de la pista (diapositiva 17). Lo mismo pasa con las grandes cantidades de tierra sacadas del lugar. En numerosas fincas, y en particular en la zonas bajas, donde los suelos son más sensibles a las altas temperaturas, precipitaciones e insolación, aflora ahora una tierra estéril, privada de toda vegetación y sujeta a la erosión (diapositiva 18). En semejante substrato, es imposible que vuelva a crecer la vegetación original. El paso de máquinas pesadas consolida más aún nuestra conclusión.

Lo mismo ocurre en el área incluida dentro de la Reserva Cayambe-Coca (diapositiva 19) aunque el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) insista sobre la necesidad de brindar un cuidado especial a los trabajos realizados dentro de las áreas protegidas. Grandes cantidades de tierra han sido removidas y están utilizadas para llenar las zanjas en las partes bajas (diapositiva 20). Sólo una pequeña parte de la capa superficial del suelo, cubierta por vegetación herbácea, ha sido guardada a los lados de la pista (diapositiva 21). Vale subrayar que la tierra del páramo, una vez puesta a desnudo, pierde definitivamente su capacidad de retención de agua, lo que la vuelve fundamental para la conservación de los ciclos hidrológicos de toda la región andina. En el derecho de vía del oleoducto, el páramo no podrá recuperar sus cualidades ecológicas y quedará expuesto al escurrimiento de las aguas y a la subsiguiente erosión.

Fuera de las áreas sujetas al paso del oleoducto, otras tierras sufren también de la construcción irrespetuosa y salvaje del OCP. Es el caso, por ejemplo, de las minas de ripio ubicadas en los ríos y de sus caminos de acceso. En Borja, el curso del río Quijos ha sido desviado a fin de extraer el ripio requerido para la construcción de la estación Sardinas. Aunque hayan concluido los trabajos de excavación, no se ha hecho nada para restaurar el ecosistema afectado, ni el estado original del terreno ribero amablemente prestado a Techint por el Señor Luis Vega Pérez.(diapositiva 22)

Finalmente, uno se pregunta ¿por qué tumban más superficie de lo necesario? Es el caso, por ejemplo, de la finca de la Sra Rosero, en Nono, donde Techint tumbó un bosque de Arrayanes hasta darse cuenta de la presencia de una falla geológica y decidir pasar por el terreno vecino. Cerca de la laguna de Papallacta, se puede observar dos pistas a unos pocos metros de distancia debidas a la decisión, un poco tardía, de pasar por una variante (diapositiva 23). Ni siquiera las áreas protegidas escapan a este tipo de negligencia. Por ejemplo, se tumbó una área de 31 metros de ancho en el kilómetro 202+500 de la Reserva Cayambe-Coca, mientras el EIA estipula que no se puede construir centros de acopio o campamientos en esta área protegida.

2. Impactos sobre el agua (diapositiva 24)

La construcción descuidada de las vías de acceso y de la pista del oleoducto ha provocado el taponamiento de un sin número de vertientes y esteros. (diapositiva 25) En nuestro estudio, se registró el taponamiento y la contaminación de 157 esteros, fuentes de agua y mangueras de agua potable. Este taponamiento resulta del uso de una “tecnología” inadecuada, de la negligencia de los trabajadores y de la falta de recursos económicos disponibles para mitigar los impactos sobre el medio ambiente, en particular en las propiedades de los campesinos pobres.

Se puede ilustrar lo precedente con algunos ejemplos:

– del 6 al 8 de Marzo, el taponamiento de un dique provocó la inundación de 4 hectáreas de pastizales donde el Sr. Elias Moreta guarda habitualmente su ganado. Este señor, cuya finca está ubicada en el kilómetro 15 de la vía Lago Agrio – Quito, sufrió adicionalmente la pérdida de dos pozos de agua para uso doméstico, los cuales fueron cubiertos por el agua resultante del taponamiento (diapositivas 26 y 27).

– En otras fincas, el cruce de la ruta del oleoducto tapó numerosos esteros por las siguientes razones:

– se puso la tubería más alto que el nivel del agua; (diapositiva 28.)
– no se usó tubería, sino sólo troncos de madera cubiertos de tierra, la cual se desliza cuando llueve;( diapositiva 29 y 30.)
– el flujo de agua fue interrumpido por una malla, la cual retiene los materiales de arrastre; (diapositiva 31). La falta de mantenimiento de las mallas provoca sedimentación e inundación de los pastizales. (diapositiva 32)
– no se hace nada para permitir el paso del agua por debajo de la pista.(diapositiva 33)

– En la finca de Ramón Haya, el Río Loro Yacu estuvo tapado durante 15 días a principios de abril a causa de los troncos botados por la compañía y del deslizamiento de tierra debido a las lluvias y falta de medidas de prevención (diapositiva 34).

Estos taponamientos generan inundación en varias hectáreas de potreros o de cultivos, contaminación de pozos, aparición de enfermedades, como el dengue, debida al estancamiento del agua, etc. Aunque estas inundaciones sean temporales, los pastizales inundados se cubren de hongos que los vuelven inapetecibles y hasta peligrosos para el ganado (diapositiva 35).

La falta de medidas de mitigación para la detención de la tierra removida y de la vegetación tumbada genera el taponamiento de fuentes de agua y la contaminación de pozos, esteros y ríos, los cuales son, a menudo, la única fuente de agua potable de las familias (diapositivas 36). En el río Quijos, se botaron troncos al trazar la pista, lo cual provoco la muerte de un turista que bajaba el rió en kayak (Diapositiva 37). Este tipo de negligencia puede tener un impacto económico importante en una zona donde se está desarrollando el ecoturismo. En áreas donde se practica la piscicultura, la contaminación del agua por la tierra ha provocado la muerte masiva de peces.

La negligencia y falta de preocupación hacia el agua y la naturaleza demostradas por el consorcio no dejan de preocuparnos, en particular en lo que se refiere al abastecimiento de agua potable a ciudades y pueblos, como Quito y Mindo (diapositiva 38). El 23 de Marzo, el paso de la maquinaria rompió el acueducto que lleva el agua termal a las piscinas comunales de Jamanco, dejándolas fuera de servicio durante todo el fin de semana. En numerosos lugares, el acueducto que lleva el agua para Quito cruza, en el mismo derecho de vía, el OCP, el SOTE y el gasoducto (diapositiva 39). ¿ En estos lugares, existe algún tipo de reforzamiento del tubo de agua o está construido a prueba de fuego y explosiones?

3. Impactos sobre la vegetación (diapositiva 40)

A todo lo largo de la ruta del OCP, ecosistemas naturales y cultivos han sido destruidos. En nuestro estudio, la construcción del OCP generó la pérdida de cultivos en el 89% de las fincas estudiadas así como la destrucción de vegetación silvestre en el 65% de ellas (diapositiva 41).

Pero lo más grave es que, en casi todo el trayecto, el área de destrucción de la vegetación sobrepase las cifras del Derecho de Vía (DDV) dadas por el consorcio y por las cuales han sido pagados los dueños de terreno (diapositiva 42). En la mayoría de los casos, se debe a que la vegetación y la tierra removida se boten hacia el exterior del DDV , y no en el interior como está previsto en el EIA (diapositiva 43.). Cuando se produce en terrenos empinados, la tierra removida es detenida por unas pocas tablas que son insuficientes para impedir la destrucción de la vegetación adyacente.(diapositiva 44)

A menudo, la destrucción de la vegetación ubicada fuera de la pista se debe también a la negligencia de los trabajadores. De hecho, en ocasiones se ha ocupado la maquinaria pesada en vez de motosierras para tumbar árboles, impidiendo el control de su dirección de caída.

Además, se registraron casos de robo de cultivos por parte de los trabajadores.

Los árboles de madera fina ubicados en la ruta son tumbados y llevados por el personal de Techint sin que sean realmente compensados los dueños de fincas (diapositiva 45). Luego, sirven a la construcción de la obra. Es un sacrilegio ver tablas de guayacán o caoba tiradas en un pantano para permitir el paso de la maquinaria ( diapositiva 46.)

Además, OCP ltd. explota y compra madera, sin permiso forestal, y la utiliza para la construcción de la obra. Existen denuncias del Ministerio de Ambiente relativas a explotación ilegal de madera en Santo Domingo y Guarumos.

4. Impactos sobre la fauna (diapositiva 47)

Aunque sea difícil evaluar el impacto de la construcción del oleoducto sobre la fauna, se puede acertar lo siguiente:

– El 31% de los encuestados ha reportado la muerte de animales silvestres a causa de la construcción de las infraestructuras y de la utilización nocturna de reflectores en las estaciones, lo cual mata a millares de insectos así como a numerosos animales superiores (diapositiva 48),
– El 15% de los encuestados ha sufrido la muerte accidental de animales domésticos por la construcción del OCP (diapositiva 49),
– el ruido provocado por la maquinaria hace huir a los pájaros varios kilómetros de su habitad natural.

Además, la constructora daña las cercas y se olvida generalmente de reponerlas, o lo hace mal. En nuestro estudio, 82% de los dueños de finca han visto su cerca dañada o destruida, lo que representa 17 kilómetros de linderos (para un total de 47 km estudiados). En estas condiciones, el ganado se escapa de la finca y provoca daños a cultivos ajenos, o se pierde.

INCUMPLIMIENTO DE LAS NORMAS DE CONSTRUCCION (diapositiva 50.)

Además de los impactos sobre el medio ambiente, vale recalcar la falta de cumplimiento del consorcio en cuanto a las normas de construcción dentro de la Reserva Cayambe-Coca.
En varios sitios, se midió un DDV superior a lo previsto, generalmente de 15 metros en vez de los 9 convenidos. (diapositiva 51.)

Por otra parte, el entierro del tubo en los kilómetros 2 y 220 de la ruta se hizo, respectivamente, a 1,5 y 2 metros de profundidad, lo cual no corresponde a los tres metros previstos y podría tener un mayor impacto sobre la vegetación por intercambio de temperatura.(diapositiva 52.)

CONCLUSION

Nos preocupa el impacto sobre la naturaleza de la construcción del OCP, así como las violaciones de los derechos humanos y la falta de respecto generalizada. Pero, lo que más nos asusta, es la falta de cumplimiento con lo prometido hace unos meses. Si desde las primeras etapas de la construcción de la obra no se respectan las cláusulas del contrato¿ qué podemos esperar para los futuros veinte años?

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