Cusco – Hasta el lunes se creía que solo una vivienda había sido directamente dañada por la explosión del ducto de líquido de gas en el poblado de Kepashiato, distrito de Echarati (Cusco), pero ayer El Comercio descubrió que una segunda casa, donde habitaban cuatro menores huérfanos de padre y madre, también quedó totalmente destruida por la acción del siniestro.
Los cuatro chicos se encuentran en el local comunal del poblado de Kepashiato a la espera de ayuda.
Solo quedaron cenizas de esta vivienda ubicada a unos 200 metros de la casa de la familia Ticuna, sobre cuya destrucción diéramos cuenta ayer. Entre los escombros, una tetera casi fundida daba una idea del intenso calor que incineró el lugar. Todo era desolación y cenizas. Edwin Apaza (17), el mayor de los hermanos afectados, dijo compungido que lo perdieron todo y que no tenían ningún familiar a quien acudir. “Hemos perdido nuestra casa, nuestras herramientas, nuestras cosas”, dijo al borde del llanto. Los cinco quintales de café que habían cosechado y tenían en costales listos para vender fueron devorados por el fuego. Por suerte, los chicos no sufrieron heridas, pues al momento de la explosión se encontraban en la chacra.
Los perjuicios pudieron haber sido más trágicos, pues a 50 metros de la vivienda hay un depósito de combustible que no llegó a sufrir daños.
Pese a que la explosión se produjo el sábado pasado, en la zona de desastre todavía puede observarse humaredas, producto de los gases que aún siguen escapando en el ducto.
MALES RESPIRATORIOS
Las consecuencias del accidente, en lo concerniente a salud, ya empezaron a sentirse entre los habitantes de la zona. Ayer se reportó que por lo menos había 20 familias afectadas por problemas respiratorios. Muchos tienen dolor de cabeza, náuseas e irritación en los ojos. La población está molesta porque recién ayer llegó el apoyo médico a la zona.
Pero no solo han llegado médicos, también un contingente de 15 soldados para apoyar y dar seguridad a los trabajos de reparación de esta quinta rotura que se produce en el gasoducto en 14 meses.
El grado de indignación de los pobladores y de los sectores organizados de la región es grande y la negociación que se venía efectuando con los representantes gubernamentales se rompió porque estos sostuvieron que no era necesaria la presencia del presidente Alejandro Toledo, del Primer Ministro Pedro Pablo Kuczynski, de la ministra de Salud Pilar Mazzetti y un representante del Ministerio de Energía y Minas como habían exigido los afectados.
En una reunión de los dirigentes de las comunidades de Kepashiato, Sigakiato y Manataruciato, se ha dado un ultimátum a las autoridades. Si las personalidades citadas no se hacen presentes para dar una solución integral al problema, desde mañana jueves se decretará un paro de protesta en la zona del Urubamba y también se darán medidas de fuerza en el valle de Quillabamba.
El paro es apoyado por el Consejo de Machiguengas del Río Urubamba, la Presidencia Regional del Cusco, la Alcaldía Provincial de La Convención y la Confederación de Campesinos del Perú de Quillabamba. Se está exigiendo la paralización de las obras de reparación y se pide una supervisión internacional. Se teme que haya nuevas roturas.
Los pobladores de las zonas afectadas se han organizado en un comité de lucha para exigir la indemnización por los daños causados. Martín Huamán, alcalde del Consejo Menor de Kepashiato, dijo estar preocupado porque dentro del plan de contingencia que tiene la empresa no está muy claro qué hacer y cómo actuar cuando se producen fugas de gas en las tuberías cercanas a los centros poblados. También denunció que no han recibido los recursos del canon. Además, se está pidiendo asesoría técnica para los nativos, a fin de que durante las negociaciones de las indemnizaciones con la TGP se eviten acuerdos injustos.
El malestar entre los afectados se acentúo ayer, cuando se levantó un campamento para la reparación del ducto en las chacras de Felipe Ticona, familiar de la primera familia afectada de la que se tuvo conocimiento. El propietario ofreció unos terrenos usados como depósito para levantar el campamento, pero este se alzó sobre los cultivos de frejoles y los destruyó por completo.
Otra de las cosas que preocupa a las comunidades es la posible contaminación del río Kumbiroshiatu, dado que su quebrada está muy cerca del ducto siniestrado. Con urgencia se espera que se hagan estudios para descartar cualquier contaminación de las aguas.
“No se preocupen (por el derrame) que todo se lo vamos a pagar”, dijo un ingeniero de TGP.
EL DATO
Llegará comisión – De acuerdo con los pobladores, desde Lima, la alcaldesa de La Convención, Fedia Castro, en conversación telefónica con ellos les aseguró que hoy llegaría una comisión en la cual participarían los ministros de Salud, Educación, Energía y Minas, sin embargo, un comunicado enviado ayer por la Presidencia del Consejo de Ministros solo aseguraba la presencia de la titular de Salud.
