Redacción Orellana
Secoyas, cofanes y colonos llegaron ayer al barrio Santa Rosa, en La Joya de los Sachas, provincia de Orellana.
La presencia de militares y policías de Nueva Loja delataba que algo iba a suceder. Los vecinos se reunieron en una de las casas cercanas, ninguno sabía que en el lugar se daría la primera inspección de las piscinas remediadas por Texaco, en el juicio que se sigue en contra de la multinacional.
En el barrio está ubicado el pozo 6, donde Texaco remedió tres piscinas en 1996. Los demandantes aseguran que el trabajo se hizo mal y por eso solicitaron la inspección. Los demandados creen que la remediación fue adecuada y solicitaron la inspección para demostrar que estuvo apegada a las normas ambientales.
En el lugar se levantaron carpas, donde se ubicaron los computadores y los técnicos. A las 09:00 se nombró a los peritos: Charles Callvacher y Jennifer Bilbao por las comunidades, y Jonh Conors por Texaco. Ante la falta de un acuerdo la Corte nombró a cinco peritos que serán dirimentes.
Hace tres semanas llegaron técnicos que solicitaron permiso para tomar muestras de la tierra y del agua. “Pero no nos dijeron quienes eran o de que institución venían”, señaló Rosario Gaibor, quien construyó su casa sobre una de las piscinas remediadas.
Justamente este fue el argumento utilizado por los abogados de Chevron Texaco para solicitar que se suspenda la diligencia prevista para ayer. Sin embargo, el presidente de la Corte Superior de Justicia de Nueva Loja, Efraín Novillo, continuó con el trabajo. En la intervención de más de dos horas de Adolfo Callejas, abogado de Chevron, dijo que con las muestras se manipuló y alteró la zona del pozo 6.
Alberto Wray, abogado de los demandantes, reconoció que se realizaron estudios previos con el fin de tener información sobre el pozo y las piscinas. Pero aseguró que no se alteró el medio. Al término de las exposiciones hubo un receso de una hora. Los abogados de Chevron realizaron un recorrido por la zona para indicar los lugares donde los demandantes perforaron y rellenaron con cemento. “Esto demuestra que el medio se alteró”, argumentó Callejas. Wray lo refutó y dijo que para evitar contaminar se dejó una señal clara de los lugares perforados.
En el recorrido se encontró un pozo abierto por los habitantes. En el agua había aceite. “Esto no es crudo, es parte de un proceso natural de descomposición”, afirmó Callejas. Pero uno de los habitantes, Hidalgo Zurita, explicó que la perforación era de un pozo que abrieron para sacar agua.
Finalmente, los técnicos contratados por los demandantes recogieron una muestra de la tierra y esperarán los resultados tal como lo solicitó Callejas. Chevron Texaco se negó a participar en la diligencia. Para hoy está prevista otra inspección en el pozo 21.
