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Las voces de los niños en defensa del agua y la vida
Del 19 al 21 de septiembre, la ciudad de Mocoa, Putumayo, en el sur de Colombia, se convirtió en el epicentro de la resistencia socioambiental. Allí, entre montañas y ríos, se celebró el IV Festival por el Agua, la Montaña y la Vida, organizado por el colectivo Guardianes de la Amazonía Andina. El festival llegó en un momento crucial para la resistencia contra la minería en la región.
Los protagonistas fueron los niños de la región, quienes alzaron su voz para defender los ecosistemas, la biodiversidad y la vida misma, ahora amenazada por las ambiciones mineras de la multinacional canadiense Giant Copper., Anteriormente conocida como Libero Copper. Con cartas dirigidas al presidente Gustavo Petro, narraron la belleza de su territorio y exigieron colectivamente respeto por sus comunidades y el derecho a vivir en entornos libres de minería destructiva.
El arte se convirtió en el lenguaje de la resistencia. A través de obras de teatro, exposiciones fotográficas y representaciones creativas, los niños expresaron tanto la alegría de vivir en un territorio sano como el sufrimiento de los animales y las comunidades cuando se destruyen espacios vitales. Estas expresiones tiernas y a la vez conmovedoras no solo conmovieron a los presentes, sino que también enviaron un mensaje claro: los niños de Mocoa dicen sí a la vida y no a la minería.
El valor estratégico de Mocoa
Mocoa es un territorio único. Ubicado en la confluencia de los Andes y la Amazonía, alberga el Macizo Colombiano, conocido como la "estrella fluvial" del país. De esta fuente brotan cuatro de los ríos más importantes de Colombia: el Cauca, el Magdalena, el Caquetá y el Patía. Es también uno de los pocos corredores biológicos que conectan los Andes con la cuenca amazónica, lo que facilita el tránsito de especies y la convergencia de culturas, saberes y memorias ancestrales.
Como expresó una joven lideresa durante el festival: “Mocoa es el territorio más conservado, donde las montañas guardan los vientos de los ancestros, que descienden para abrazar la Amazonía”.
Sin embargo, hoy en día, esta riqueza ambiental, social y cultural se encuentra amenazada. Giant Copper ha adquirido cuatro títulos mineros que abarcan casi 8,000 hectáreas, a solo 10 km del centro urbano de Mocoa. Escudándose en el discurso de la "transición energética", la empresa busca legitimar un modelo extractivo que, en la práctica, implica la destrucción de ecosistemas estratégicos y la desintegración del tejido social comunitario.
Resistencia contra el extractivismo
La historia de Mocoa es también una historia de resistencia persistente. Indígenas, campesinoOrganizaciones ambientalistas, de mujeres y de jóvenes se han mantenido firmes, incluso ante los intentos corporativos de cooptar a las comunidades mediante incentivos financieros. Iniciativas como la Carpa de Resistencia en Pueblo Viejo crearon espacios de reflexión y educación para contrarrestar las estrategias de la empresa y fortalecer la unidad comunitaria.
Esta organización dio sus frutos en junio de 2025, cuando la autoridad ambiental Corpoamazonia adoptó la Resolución DG No. 0631, que declaraba un área de interés ambiental en Mocoa y prohibía toda actividad minera dentro de sus límites. Sin embargo, las comunidades indígenas interpusieron un recurso de amparo que anuló la resolución, argumentando lagunas en el proceso de consulta previa. El caso ahora espera un fallo en segunda instancia y una aclaración por parte del Ministerio del Interior y la Autoridad Nacional de Consulta Previa.
Más allá de tecnicismos legales, la resolución representó un paso vital para la protección del territorio y el medio ambiente de Mocoa. Su anulación pone en riesgo el futuro de uno de los ecosistemas más estratégicos de Colombia.
Lo que está en juego
El festival concluyó simbólicamente en el río, donde los participantes compartieron historias y recuerdos en un acto colectivo de amor por el agua. Sirvió como un poderoso recordatorio: el agua y la vida son sagradas y no pueden sacrificarse en nombre de intereses extractivos disfrazados de sostenibilidad.
La lucha de Mocoa no es aislada. Refleja un conflicto global entre la vida y la codicia minera, entre la justicia ambiental y las falsas soluciones a la crisis climática. Como lo han demostrado los niños del Putumayo, defender el territorio también implica defender el futuro, la esperanza y la dignidad.
Que viene despues
El caso de Mocoa requiere vigilancia constante y solidaridad tanto a nivel nacional como internacional. El gobierno colombiano debe garantizar la protección de este ecosistema andino-amazónico y escuchar las voces de quienes defienden su territorio a través del arte, la cultura y la organización popular. En Mocoa, los niños ya se han pronunciado: sí a la vida, no a la minería.. Ahora el reto es lograr que sus voces resuenen más allá de las montañas y lleguen a cada rincón donde se decide el destino del planeta.