Puyo – La causa del suceso aún no se precisa oficialmente. La noche del martes, en medio de la selva, fueron hallados los cuerpos del piloto, Hernán Rosero, y de los pasajeros, Joaquín Najandey y los hermanos Samuel y Rodrigo Wapanchies.
El primero era capitán, empleado de la empresa privada Aéreo-Regional, y los tres, dirigentes de la Federación Independiente de Pueblos Shuar del Ecuador (Fipse). A las 14:30 del martes, los cuatro abordaron la avioneta Cessna 172 y decolaron de la pista ubicada en la comunidad indígena shuar de Mamayak, a orillas del río Pastaza, en el norte de Morona Santiago; su destino era Makima.
Silverio Tibia, dirigente de comunicación de la Federación, dijo desde Macas que contrataron tres aeronaves para realizar un recorrido con dirigentes indígenas y el fiscal de Morona, Rodrigo Esparza. Pretendían visitar Santa Rosa, Kusutka y Mamayak para comprobar la veracidad de la denuncia sobre el supuesto desacato al recurso de Amparo Constitucional impuesto contra la petrolera Burlington Resources Limited.
Según el capitán Edwin Ríos, piloto del Servicio Aéreo Misional Salesiano (SAM), que participó en la búsqueda, solo la Junta de Investigaciones de Accidentes Aéreos (JIIA) determinará la causa del accidente.
El hermano del piloto, Édgar Rosero, se encontraba en la pista para despegar después de Hernán. La salida fue normal pero a pocos minutos pudo haberse presentado una falla mecánica, dicen otros testigos. “Resulta aventurado anticipar criterios”.
Avionetas de Aéreo-Regional, que estaban en Mamayak, efectuaron el rastreo del avión. Se sumaron luego otras compañías de Macas y Shell. “Luego de dos horas del accidente, se escuchó la señal del ELT (radio de emergencia que se activa automáticamente en caso de un accidente). Ese momento sobrevolábamos por los alrededores del poblado, pero no se pudo ver nada”, dijo Édgar Rosero. En la tarde, los indios organizaron patrullas. Al caer la noche encontraron los restos del avión.
