La orden de ayer de la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito acerca a las comunidades indígenas y rurales de la Amazonía ecuatoriana un paso más cerca de la justicia después de casi dos décadas de lucha para responsabilizar al gigante petrolero estadounidense Chevron por la devastación que causó en sus tierras selváticas.
El fallo de la corte de apelaciones es una seria reprimenda de las tácticas legales abusivas de Chevron y el giro engañoso de las relaciones públicas, y es hora de que la Junta Directiva intervenga y ponga fin a los esfuerzos inmorales y miopes de la compañía para evadir la responsabilidad en este caso.
Hacemos un llamado a la gerencia de Chevron para que finalmente haga lo correcto al cumplir con sus obligaciones morales, legales y fiduciarias para limpiar la contaminación de la empresa en Ecuador. Justicia retrasada es justicia denegada, y los hombres, mujeres y niños de la Amazonía ecuatoriana ya han sufrido durante demasiado tiempo.