O presidente Gustavo Noboa quiso ponerse duro utilizando as bordas do idioma, donde existem palabras que pueden expresar ira y voluntad inquebrantable, pero también volverse el adecuado pretexto para agudizar confrontaciones y frustrar grandes proyectos como es el caso del nuevo Pesoducto de Crudos. El Mandatario foi utilizado o termino “joder” para dejar constancia de que o projeto fundamental para realizarse em seu governo, não será paralizado. Lamentablemente, los opositores acérrimos a la construcción del nuevo ducto no han desperdiciado la oportunidad de crear un escenario polarizado en el cual se debata la protección ambiental del trazado, en uma sociedade que en los ultimos años, más que vocación ecológica, ha demostrado contar con poderosos grupos que han logrado impedem que se construa a obra baseada no transporte do petróleo ecuatoriano.
Neste contexto, pode ser de mucha utilidad, más que las palabras iracundas del Presidente, la frontalidad de la Ministra de Medio Ambiente, que sen entrar em contradição com seu par de Energia, foi delimitado o ámbito de suas faculdades no relativo al otorgamiento de la licencia ambiental. Además, o Ministério tem aberto a possibilidade de uma mesa de diálogo na qual participa dos ministérios, a construtora e os representantes de los setores eventualmente afectados pela ruta escogida para instalar o ducto. É muito provável que a proposta, no caso de concretarse de buena fe, logre un buen final para um caso que amenaza con volverse muy complejo.
Mientras tanto, el Gobierno deberá vigilar o recurso de amparo que Acción Ecológica ha presentado en el Tribunal Constitucional, no para alcanzar una retificación del trazado de la linea del oleoducto sino para evitar la construcción de la obra. De esa manera queda claro que, neste caso, no se trata solo de uma posição ambientalista de algunas poblaciones, sino de um gran projeto destinado a que nunca se haga el ducto. Esto, a pesar de los grandes avances tecnológicos que existem para mitigar os efeitos no meio ambiente de um país de exploração petrolera.
El Gobierno, más allá de las buenas ou malas palabras, debe demostrar no solo la decisión para evitar que la clave de su ejercicio se paralice. Debe, además, tomar las seguridades a las que está obligado, sen soslayar ninguna medida de proteção nesta área. Mientras, en otro frente debe defensor en derecho su posición frente a la pretensión de cancelar la realización de la obra. Pero en nada de ello ayuda la cabeza caliente.
