Un grupo de parlamentarios denunció que la empresa Enron evitó invertir 70 millones de dólares en la construcción del gasoducto Cuiabá mediante el desvío de su trayecto original, que además dañó el bosque de la chiquitania.
La denuncia fue conocida ya en 2000. En manos del diputado Roberto Fernández (NFR) estaba la interpelación al entonces ministro de Desarrollo Sostenible, Érick Reyes Villa.
El diputado Víctor Landívar Soria Galvarro (FRI) dijo que las investigaciones realizadas por él y sus colegas Roberto Landívar (NFR), Gerardo Rosado (MNR), Vicente Roca Gil (MIR) y Luis Mayres revelaron que Gas Oriente desvió la ruta original del gasoducto en unos 30 kilómetros, por lo que tuvo que entrar por el corazón del bosque seco de la chiquitania. “Al parecer, la empresa se ahorró unos 70 millones de dólares con el desvío y con la complicidad de las autoridades bolivianas”, recordó.
Landívar Soria Galvarro dijo que la Fundación de Conservación del Bosque Chiquitano, integrada por Gas Oriente y algunas ONG, obtuvo 30 millones de dólares para mitigar el impacto ambiental del gasoducto, pero los gasta en “piratería biogenética”. Las responsabilidades señalan a Reyes Villa y a la viceministra Neyza Roca.
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